La Unión Europea (UE) presenta este miércoles el paquete de medidas temporarias para amortiguar el impacto social del alza en los precios de la energía, disparados a niveles que amenazan la recuperación económica pospandemia.

La llamada “caja de herramientas” alentará a los Estados a reducir los fuertes impuestos sobre la energía y redistribuir los beneficios del aumento de los precios entre los más desfavorecidos, conforme adelantó el Comisario europeo de Mercado Interior, Thierry Breton.

Además de las decisiones ya adoptadas por varios gobiernos nacionales, como recortes de impuestos, vales de energía, ayudas dirigidas a los más pobres, la Comisión Europea ofrecerá también “la posibilidad de rebajar también el IVA”, dijo.

También debe presentar líneas de reforma más ambiciosas, que serán analizadas en una cumbre de líderes europeos prevista para el 21 y 22 de octubre.

La Comisión Europea se encuentra bajo fuerte presión para que actúe ante la crisis que se avecina, a pesar de que los gobiernos nacionales en el bloque son directamente responsables de sus fuentes de energía y sus impuestos.

Al mismo tiempo que los precios se disparan, los tanques de almacenamiento de gas natural en toda la UE están en niveles peligrosamente bajos en momentos en que toda la región se prepara a la llegada del invierno.

Ciertos funcionarios de la UE acusan a Rusia -fuente de la mayor parte del gas importado por el bloque- de “chantaje”, al limitar los suministros para intentar obligar a Alemania a activar el gasoducto Nord Stream 2.

Sin embargo, la canciller alemana, Angela Merkel, ha cuestionado esa versión, afirmando que no hubo suficientes contratos de gas a largo plazo de los países europeos.

La UE también podría plantearse una propuesta para una reserva de gas estratégica, al estilo estadounidense.

Aún resta ver si aceptará una sugerencia de Francia -que obtiene la mayor parte de su energía de centrales nucleares- para romper el vínculo de precios entre el gas y la electricidad.

España también lanzó una propuesta para que la UE realice compras conjuntas de gas, como lo ha hecho con las vacunas contra el COVID-19.

En cambio, países como Alemania y Holanda advierten sobre la adopción de “medidas extremas”, argumentando que esta es una situación temporal.

“Tenemos un mercado eléctrico que funciona bien, lo que ha permitido precios muy competitivos durante dos décadas. Interferir sería muy peligroso, podría destruir toda confianza en el mercado”, advirtió el ministro luxemburgués Claude Turmes.

Frente a los estados divididos, la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, mencionó el proyecto de una “reserva estratégica” de gas, tal y como propone en particular España.

En el futuro inmediato, las existencias europeas de gas, actualmente al 76% de su capacidad, son “escasas” pero “adecuadas para cubrir las necesidades invernales”, aseguró la comisaria de Energía, Kadri Simson.

En ese cuadro von der Leyen ya ha adelantado que está dispuesta a examinar la formación de precios y aumentar la “transparencia” del mercado.

CP (afp, Tagesschau)