El presidente electo Joe Biden no tiene planes de ordenar un cierre nacional en respuesta al alza en casos de la COVID-19 en varios estados de Estados Unidos porque su enfoque es paralizar el virus y no la economía.

“Yo no voy a cerrar la economía…”, indicó el demócrata en una conferencia de prensa el jueves desde Wilmington, Delaware.

“Yo voy a paralizar el virus, eso es lo que voy a paralizar”, sostuvo el político luego de una videoconferencia con el comité ejecutivo de la Asociación Nacional de Gobernadores.

Seguidamente, el exvicepresidente repitió dos veces que no habrá un cierre nacional.

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“Todo el mundo hace la misma pregunta cada vez que yo me paro aquí”, agregó Biden. “Eso fue una pregunta hipotética. La respuesta fue que yo seguiría a la ciencia”.

“No están las circunstancias que yo vea que se requiera un cierre nacional total. Yo creo que eso sería contraproducente”, puntualizó.

A juicio de Biden, la aproximación y la estrategia de acción contra elcoronavirus va a diferir de acuerdo con la región y comunidad en EE.UU.

Aunque desde antes que fuera electo presidente, la opción de un cierre nacional rodeaba al candidato, las declaraciones de uno de sus asesores en la discusión sobre la COVID-19 avivaron el debate.

La semana pasada, el Dr. Michael Osterholm se pronunció a favor de un cierre general para evitar que la crisis sanitaria se agrave.

Osterholm argumentó que un confinamiento generalizado en toda la nación de entre cuatro y seis semanas podría controlar la pandemia y reactivar la economía.

La propuesta de Osterholm incluía una paga por la pérdida de salarios de los trabajadores y de las pequeñas empresas.

“Podríamos pagar un paquete ahora mismo para cubrir todos los salarios, salarios perdidos de trabajadores por pérdidas de pequeñas y medianas empresas o gobiernos municipales, estatales o de condados”, dijo a CNBC Osterholm. “Podríamos hacer todo eso. Si hiciéramos eso, entonces podríamos encerrarnos durante cuatro a seis semanas”.