El co-creador de Dogecoin, Jackson Palmer, no pasa mucho tiempo en redes sociales. Después de cerrar su canal de YouTube y haber echado el candado a su cuenta de Twitter a mediados de 2019, este ingeniero de software no había abierto la boca en ninguna plataforma en años; ni siquiera cuando los precios de su meme criptográfico alcanzaron máximos históricos a principios de este año. Así ha sido hasta hace unas horas, cuando Palmer volvió a Twitter brevemente para hacer un recordatorio importante: las criptomonedas son una estafa y siempre lo han sido.

“Después de pasarme años estudiándolo, creo que las criptomonedas son una tecnología hipercapitalista inherentemente de derechas que ha sido construida principalmente para amplificar la riqueza de sus defensores a través de una combinación de evasión fiscal, poca supervisión regulatoria y una escasez impuesta artificialmente”, tuiteó durante la tarde del miércoles.

Palmer continuó diciendo que, aunque los mayores fans de las criptomonedas a menudo las señalan como una alternativa equitativa a los grandes bancos debido a la naturaleza descentralizada de la moneda, la verdad es que los dos comparten el mismo problema: los ricos. Como señaló (con razón), la mayor parte de la comunidad criptográfica está controlada por “un poderoso cartel de personas ricas” que están convirtiendo las finanzas descentralizadas en un sistema que beneficia en gran medida a los que están en la cima, un sistema similar al de los sistemas centralizados que las criptomonedas pretenden reemplazar.

Las criptomonedas, en general, han tenido un año increíble. Bitcoin, la más conocida de todas, vio como alcanzaba máximos históricos, sobrepasando los 63.000 dólares a mediados de abril, aunque después ha caído y se ha quedado estancada cerca de los 30.000. Dogecoin también participó en el boom de las criptomonedas, pasando de un valor de aproximadamente 0,06 dólares por dogecoin a más de 0,68 por la moneda.

Merece la pena leer el hilo completo de Palmer, incluso aunque no estés de acuerdo con lo que está diciendo, y habrá muchos que sí que lo estén. Uno de los muchos rasgos horribles de la comunidad criptográfica que señala Palmer es que “incluso la crítica más ligera a las criptomonedas provocará que las poderosas personas que controlan la industria se pongan a difamar”, y eso sin mencionar la ira de los inversores cotidianos que están aterrorizados de perder toda su inversión.