La administración del presidente Nayib Bukele lanzó el régimen de excepción como parte de su “guerra contra las pandillas”, el cual se amplió recientemente por 30 días más. Ese estado de emergencia, sin embargo, se está utilizando para matizar la persecusión política dirigida hacia los opositores y los críticos al gobierno, según una denuncia que recibió Los Angeles Times en Español sobre cómo los afectados han sido colocados en “la lista de personas contra Bukele” para ser arrestados.

Los arrestos de supuestos pandilleros pululan en las cuentas oficiales de funcionarios de Gobierno. Al ver esas imágenes, Martha Peinado tiene sentimientos encontrados. En primer lugar, porque la inseguridad en su vecindario, en el departamento de La Libertad, la empujó a migrar hacia Los Ángeles en el 2015. En segundo lugar, reflexiona en lo que le ocurrió a una amiga comerciante.

“Lo único que ella hacía era vender tortillas y porque el marido de la prima era pandillero, la vincularon y se la llevaron”, aseguró.

Lo que ocurre con este régimen de excepción, vigente desde finales de marzo, es que las autoridades están basándose en las apariencias, en el lugar de residencia y en el nulo debido proceso para detener a las personas. Al mismo tiempo, ahora trasciende que se han filtrado amenazas para individuos que han sido anotados en una lista por ser amigos de personas que se oponen o simplemente porque no están a favor del presidente Bukele.

“Mi amiga de toda la vida, mi vecina, está preocupada”, dijo Yurina Melara, quien contactó a este periódico para denunciar la amenaza que recibió esa persona que vive en un barrio aledaño al municipio de Mejicanos, en el departamento de San Salvador. “Lo que me hace pensar es en la época de la guerra, que si eras amigo del que las autoridades pensaban era de la guerrilla, te agarraban; pasaba lo mismo si andabas un libro prohibido”, reflexionó.

Melara, periodista de profesión y ex-reportera del diario La Opinión, en Los Ángeles, llamó acongojada el viernes pasado poco después de comunicarse por WhatsApp con su amiga, quien le pidió ayuda para denunciar la amenaza recibida, en la que se le hizo saber que su nombre se encuentra en “un listado de personas que van a ser arrestadas” por no apoyar al presidente Bukele.

“Ella lo que tiene es miedo de terminar en la cárcel”, dijo la comunicadora sobre algo que le parece inaudito, al rememorar que se está viviendo un ambiente hostil parecido al que ocurrió en la década de 1970, cuando las represiones y persecuciones eran el pan de cada día en contra de los individuos y organizaciones que disentían con los gobiernos militares.

Bukele solicitó al Congreso de El Salvador un régimen de excepción después de que, según reportes de prensa, ocurrieran 76 asesinatos en menos de 48 horas a finales de marzo, en el que es considerado el fin de semana más sangriento desde que concluyera el conflicto armado, en 1992.

En los primeros 32 días, según el mandatario, se han arrestado a más de 19 mil personas, en operativos conducidos por la policía en barrios marginales en donde operan las pandillas. El estado de emergencia ha permitido a los cuerpos de seguridad detener a personas sin necesidad de presentar una orden judicial, algo que cuestionan organismos de derechos humanos.

“Si hay algo que debe dejarnos una gran lección, es quiénes salen a defender a esta escoria”, escribió el mandatario en Twitter, en un mensaje reiterativo que ha utilizado en respuesta a las críticas que han surgido de organizaciones en el extranjero debido al arresto de jóvenes inocentes, casos que se han denunciado en las redes sociales. También se reporta la muerte de cinco personas durante su detención.

“Que nos sirva para que entendamos, de una vez, quiénes han estado siempre detrás del sufrimiento de nuestro pueblo”, compartió Bukele en clara alusión a la comunidad internacional, gobiernos amigos y organizaciones que defienden los derechos humanos que han salido a cuestionar las violaciones del debido proceso para realizar las capturas.