SAN JUAN — La gobernadora de Puerto Rico anunció el viernes que activará la Guardia Nacional para ayudar a hacer cumplir un toque de queda con el que se busca frenar un aumento en los casos de COVID-19 y otras medidas, entre ellas volver a cerrar las playas para todos, excepto para quienes hacen ejercicio.
La gobernadora Wanda Vázquez agregó que el gobierno limitará al 30% la capacidad en restaurantes, casinos, gimnasios, iglesias y otros sitios.
Las nuevas restricciones comenzaran el 16 de noviembre y permanecerán vigentes hasta el 11 de diciembre. El uso de mascarillas y un toque de queda de las 10 p.m. a las 5 a.m. sigue siendo obligatorio.
“No vamos a permitir de ninguna manera que se ponga en riesgo nuestro sistema de salud”, dijo la gobernadora. “Hay muchos que han bajado la guardia y no han entendido que esta pandemia está con nosotros todavía”.
Vázquez también instó a todos los residentes de todo Puerto Rico a ser extremadamente cautelosos durante la temporada navideña, alentando a las familias a reunirse a través de Zoom. Dijo que si las violaciones continúan hasta mediados de diciembre ordenará el cierre de más negocios e implementará medidas más restrictivas.
El secretario de Salud, Lorenzo González, dijo que la isla está sufriendo más de 600 infecciones por día, un número que, según él, podría aumentar a 1.200 o más a fines de diciembre. Añadió que el número de personas hospitalizadas por COVID-19 se ha disparado en el último mes. “Tenemos brotes y contagios en todas las esquinas”, afirmó.
La isla de 3,2 millones de personas ha reportado más de 40.500 casos confirmados, más de 35.400 sospechosos y más de 900 muertes.
Las nuevas medidas surgen mientras Puerto Rico lucha por recuperarse de huracanes, sismos y una crisis económica y financiera que comenzó hace más de una década.
“Son tiempos difíciles”, dijo Manuel Laboy, secretario de Desarrollo Económico de la isla. Esto “está causando una crisis económica sin precedente”.
Dijo que los funcionarios locales están hablando con el gobierno de Estados Unidos y una junta de control federal que supervisa las finanzas de la isla para encontrar formas adicionales de ayudar a los propietarios de pequeñas y medianas empresas afectadas por la pandemia.
AP