Nadie le creyó al cofundador de Microsoft, Bill Gates, cuando en 2015 advirtió del arribo de una pandemia similar a la que vivimos en 2019 con el virus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad del coronavirus.

Este fin de año, el también filántropo ha publicado su carta anual, en la que le dedica varias líneas a la IA (Inteligencia Artificial), una rama tecnológica que ha impulsado con la ayuda de sus empresas y aliados, entre ellos, el laboratorio OpenAI y las herramientas ChatGPT, Copilot y Bing.

En su misiva, Gates detalló: “La IA está a punto de acelerar nuevos descubrimientos a un ritmo que nunca antes habíamos visto”; pues está convencido que en este 2023, ya dio muestras de qué tipo de trabajos pueden realizarse para mejorar a educación física y también mental.
Cabe mencionar que, en marzo de este año, Gates apuntó que herramientas como ChatGPT modificarían por completo la forma en que las personas “aprenden, viajan y obtienen atención médica y establecen comunicación entre ellos”.

Se espera que, en los próximos 5 o 10 años, la IA rebase muchas de las actividades cotidianas realizadas por el ser humano y estas sean automatizadas. Algo que puede ser “tan emocionante como confuso”, refirió Gates. Y agregó: “Si aún no has descubierto cómo aprovechar al máximo la IA, no estás solo”.

Y apuntó un ejemplo: “Pensé que usaría herramientas de IA para las revisiones estratégicas de la fundación este año, que requieren leer cientos de páginas de materiales informativos que una IA podría resumir con precisión para mí. Pero los viejos hábitos son difíciles de romper y terminé preparándome para ellos de la misma manera que siempre lo hago”.

Para el cofundador de Microsoft “estos son tiempos difíciles, pero sigo siendo optimista sobre el futuro”. Pues cree que, aunque la velocidad de la innovación nunca ha sido tan rápida, “estamos logrando grandes avances en problemas difíciles (como el Alzheimer, la obesidad y la anemia falciforme) que mejorarán las vidas de millones de personas”.

En su carta, Gates se adentra a temas tan álgidos como los embarazos de alto riesgo y el VIH, pues considera que los ultrasonidos impulsados por IA “podrían ayudar a identificar los riesgos del embarazo”; y en el caso del Virus de Inmunodeficiencia Humana, ya existe un ‘chatbot’ sudafricano que tiene como objetivo “facilitar la evaluación del riesgo de VIH”. Según el magnate estadoundiense, este actúa como un “consejero imparcial sin prejuicios que brinda asesoría las 24 horas del día”.

En un panorma conservador, Gates sugirió que en países con altos ingresos como EEUU faltan entre 18 y 24 meses para que la población use de manera significativa la IA; mientras que en países en vías de desarrollo como los africanos, esta podría tardar hasta unos tres años.

Al final de su carta, Gates se cuestiona a sí mismo: “¿Cómo puedo usar mi riqueza para hacer el mayor bien a la mayoría de las personas, ahora y en el futuro? A veces la respuesta es clara. Cuando no es así, recurro a mis brillantes colegas, familiares y amigos quienes, la mayoría de las veces, pueden brindarme la perspectiva, la claridad moral y los datos necesarios para tomar la decisión correcta”.