La fiscal general de Nueva York, Letitia James, anunció en la noche de este martes que la investigación en curso de su oficina contra la Organización Trump “ya no es de naturaleza puramente civil”, sino que revisará posibles infracciones “criminales” por parte de la empresa del expresidente republicano.

“Hemos informado a la Organización Trump que nuestra investigación sobre la organización ya no es de naturaleza puramente civil”, dijo Fabien Levy, portavoz de James. “Ahora estamos investigando activamente a la Organización Trump con un enfoque criminal”.

El portavoz dijo que el nuevo enfoque criminal de la investigación está siendo examinado en conjunto la oficina del fiscal de distrito de Manhattan, Cyrus Vance. Su oficina está examinando millones de páginas de documentos que incluyen las declaraciones de impuestos de Trump.

La Fiscalía de Nueva York comenzó una investigación civil contra la empresa en 2019. Durante los últimos dos años, la oficina ha estado examinando, entre otros delitos potenciales, si la Organización Trump infló indebidamente sus activos en los documentos financieros para garantizar préstamos y obtener beneficios económicos y fiscales, así como la manera en que sus empleados eran compensados.

James ha estado a la palestra de las acciones legales contra la empresa familiar del expresidente. Trump ha dicho anteriormente que la investigación de su oficina está impulsada por motivaciones políticas.

La investigación contra la Organización Trump se originó a partir de las acusaciones hechas por el exabogado del magnate de bienes raíces, Michael Cohen, quien testificó ante el Congreso en 2019 que Trump había alterado deliberadamente el valor de los activos de la empresa en documentos oficiales.

La investigación de la fiscal alcanzó a un punto crítico en octubre pasado cuando Eric Trump, hijo del presidente y ejecutivo de la empresa, fue depuesto poco antes de las elecciones generales en las que su padre aspiraba a un segundo mandato.

James también lideró una investigación de un año contra la fundación benéfica de Trump, The Donald J. Trump Foundation, lo cual causó su disolución en 2018. Los investigadores dijeron que la organización “funcionaba como poco más que una chequera para servir a los intereses comerciales y políticos de Trump” y que había incurrido en “un impactante patrón de ilegalidades”.