Horas antes de que las tiendas cierren en un centro comercial de la ciudad de Strausberg, cerca de Berlín, apenas quedan clientes. El negocio ha sido lento desde que comenzó la pandemia del nuevo coronavirus, y la dueña de una de las tiendas teme que se vuelva a imponer el confinamiento, que devastó su negocio el año pasado.

“Cuando nos golpeó el primer confinamiento en 2020, sufrimos mucho”, cuenta a DW la propietaria de una tienda de lencería. “El problema es que nunca nos recuperamos por completo cuando terminó. La razón es que mucha gente se dio cuenta de lo cómodo que es comprar en línea; muchos no volvieron a nuestras tiendas”, señala.

A principios de noviembre de 2021, la Asociación Alemana de Minoristas se mostró confiada en que las ventas por menor en la potencia económica europea aumentarían un dos por ciento en el periodo noviembre-diciembre, en comparación con los mismos dos meses del año pasado. Los ingresos en esos dos meses, pronosticó el organismo, se situarían probablemente en 112.000 millones de euros.

Basándose en una encuesta reciente, la asociación también dijo que los alemanes gastarían un promedio de 273 euros este año en regalos de Navidad, un poco más que las cifras del año pasado. Pero solo dos semanas después, esas previsiones cambiaron por completo. El dramático aumento de los contagios de coronavirus en Alemania ha llevado a nuevas restricciones, que ya han empezado a afectar a los minoristas en algunos estados.

Confinamiento de facto
En el estado de Baviera, al sur del país, se ha decretado un confinamiento de facto, lo que ha provocado el cierre temporal de la mayoría de las tiendas. Sajonia, en el este de Alemania, también ha impuesto medidas más estrictas, que solo permiten a los ciudadanos completamente vacunados o recuperados del COVID-19 ir de compras, con excepción de las tiendas de alimentos.

La situación en Alemania es tan dramática, que el ministro de Salud, Jens Spahn, ya no descarta un confinamiento total del país. Sin duda, es algo que los minoristas alemanes no quieren escuchar.

“No nos hemos abastecido para la temporada navideña, ya que no esperamos una gran afluencia a nuestras tiendas en las próximas semanas debido a toda esta incertidumbre”, explica la propietaria de la tienda de lencería de Strausberg. “Y si hubiéramos decidido abastecernos, seguramente estaríamos teniendo problemas con el abastecimiento, ya que los mercados aún no han vuelto a la normalidad”, agrega.

¿Discriminación o necesidad?
Strausberg se encuentra en el estado alemán de Brandeburgo, que podría seguir el ejemplo de otros estados y prohibir pronto la entrada a las tiendas no esenciales a quienes no estén vacunados o recuperados de la enfermedad. Sin embargo, la vendedora de una tienda de ropa de niños del mismo centro comercial no cree que esa política sea la acertada.

“En mi opinión, dejar entrar solo a los que están totalmente vacunados o recuperados significaría discriminar a los que no pueden vacunarse por otras razones de salud, y no deberíamos dividir aún más a nuestra sociedad”, afirma.

La comerciante de la tienda de lencería también cree que “endurecer aún más la normativa actual sería una bofetada en nuestra cara: realmente hemos respetado todas las normas vigentes y no podemos permitirnos ver cómo se reducen aún más nuestros escasos ingresos”. No tiene ninguna lógica, según ella, volver a restringir las compras y, al mismo tiempo, permitir que la gente pase horas en trenes o autobuses abarrotados.

Temen seguir ejemplo de Austria
Más al sur, en el estado de Sajonia, las infecciones por coronavirus han aumentado de forma aún más drástica que en Brandeburgo. El Gobierno regional ya ha tomado duras medidas, como volver a cerrar los hoteles y restaurantes, y restringir las compras a las personas vacunadas o recuperadas de COVID-19.

“Ojalá que no sigamos el ejemplo de Austria y volvamos a imponer un cierre total”, dicen las comerciantes de Strausberg, en referencia al país vecino de Alemania, que introdujo un confinamiento total este lunes. Lo más probable, según ellas, es que muchos minoristas no sobrevivan a eso y tengan que declararse en insolvencia.

(ct/ms)

Autor: Hardy Graupner